lunes, 26 de septiembre de 2016

Escape

Llevamos unos días de septiembre algo extraños, por un lado he disfrutado de un par de rutas por carretera bastante placenteras, en una de ellas acompañado por mi contraria y unos amigos. Estuvo bien la experiencia, me estoy dando cuenta que soy un tipo solitario, ya que como esas rutas, pocas poquisimas diría yo.

En estos momentos ando bastante liado con temas de mecánica (otra vez), intentando adaptar un silencioso de escape a la moto, me doy cuenta de que vivo en un pueblo, con las limitaciones que ello tiene, a dos talleres torneros he ido y ninguno ha podido darme solución a mi idea. Necesito un codo de escape, no lo veo tan difícil, pero en la red no existe nada que se pueda comprar y el que he encontrado tiene un precio que me parece más un robo por un trozo de tubo de acero inoxidable doblado y soldado.

Todo esto me hace despertar al mecánico que llevo dentro y he tomado la decisión de hacerlo por mis medios, por ahora he pedido un tramo de tubo de acero inxidable en un autorepuesto para ir haciendo mis cositas, no tengo imágenes, pero espero ir al menos documentando el proceso y actualizando el post conforme lo vaya consiguiendo.

Después de mucho buscar encontré en mi garaje un trozo de tubo de escape perteneciente a mi ex-BMW 320 que viene al pelo.



domingo, 11 de septiembre de 2016

Mal, todo mal.

Me levanté algo tarde por la mañana, pero el cuerpo me pedía descanso, la semana ha sido durilla en cuanto a trabajo y tareas extras.

Primer fallo del día, como iba por carretera decido ponerme unos guantes de cuero que tenía en el armario, hace dos años que no los uso, están duros y con poco tacto, ya salgo del garaje incómodo.

En Cartaya un todoterreno sin luces frena en la carretera y yo sin ver que al frenar no se le encienden las luces de freno casi me lo llevo por delante, susto gordo que me hace mosquearme aun más. Mal.

En Beas, llego al semáforo en rojo, sorteo a tres coches y un furgón que están parados para ponerme el primero en linea de salida, justo cuando voy a rebasar al furgón abre el semáforo y me golpea con el parachoques en el escape, menos mal que estuve fino y rápido para evitar la caida, pido disculpas por mi metedura de pata, otra más. Mal.

Subo por la N-435 con mucha prudencia, los dos incidentes que he sufrido ya por la mañana, más la incomodidad de los guantes me hacen ir muy tenso, no entro bien en las curvas, o muy lento o demasiado colado, poco a poco voy soltándome, la temperatura es fresca y la mañana esplendida, así que decido tomarme la cosa con más calma y disfrutar del día. Me paro en Aguafría a tomar una estupenda tostada con paté de pueblo y un café a pie de carretera y contemplando la gran cantidad de motos que hoy han salido como caracoles al sol.


La bajada hasta casa va suave como la seda, todo parece que mejora por momentos, hasta que una bella criatura decide cruzarse en mi camino, se me cuela una avispa por el cuello de la chaqueta y me deja dos bonitos y dolorosos pinchazos en el cuello, menos mal que no soy alérgico, o la cosa se habría puesto chunga, parada a la sombra, me quito rápido el equipamiento y compruebo que el insecto no se ha quedado metido por algún rincón de la chaqueta, joder, lo que faltaba para rematar la mañana, con lo bien que iba. Pongo velocidad de crucero y decido volver a casa antes de que el sol haga insufrible del todo el estar montado en moto.
Nunca me había quitado la ropa tan rápido, jejeje.