Confinamiento y dudas

 Mis últimas salidas en moto han sido todas por asfalto, hace dos semanas tuve una ruta bastante bonita para hacerla con música en el intercomunicador, dejarse llevar por el ritmo y fluir por el asfalto encadenando una curva tras otra y parando en los lugares más pintorescos que te ofrece el entorno.

Unas carreteras que llaman por ahí "cuaternarias" entre Zalamea, Berrocal, El Madroño, Nerva y Rio Tinto. Zonas para hacerlas con mucha tranquilidad, como yo las hice, disfrutando de las intensas vistas, de los rincones que antes pasaban desapercibidos. 

Soy de la opinión que después de esta rara etapa que estamos viviendo, yo al menos, aprecio cosas que antes no valoraba. Un poco entre el confinamiento, el distanciamiento y buscar formas de ocio que hacía años que habían pasado a un segundo plano.

Paseos por el campo, senderismo, trecking, llámalo como quieras, antes solía ir mucho al campo con los amigos, mi mujer antes me acompañaba y saliamos mucho, eramos mucho más jóvenes y mi mujer no tenía aún el problema de rodillas que ahora arrastra.

Perdido por las carreteras más cerradas que he podido encontrar en menos de 200 kilometros de ruta.

Paseos por la playa que tenemos la suerte de disfrutar a menos de 5 minutos en coche.

Cuidense.

Otra rutita más...

 

Buscando el otoño

 Día propicio para disfrutar de una sucesión continua de curvas en la Sierra de Huelva, N-435 hasta el cruce de Almonaster y enlazar Santa Ana, Alajar, Linares de la Sierra y finalmente Aracena, para después enfilar el regreso hasta casa.

278 km de disfrute como hacía tiempo que no tenía, un poco de viento de costado en el regreso me hacía moverme más de la cuenta cuando regresaba, pero por lo demás la moto va fina como nunca, suave, contundente cuando tienes que acelerar y segura en las curvas, sigue siendo torpe en zonas ratoneras, pero claro no puede tenerlo todo, su altura al suelo y esas geometrías más pensadas para el off road te condicionan mucho.

El tráfico y las consecuencias del cercano incendio de agosto, fueron el único punto negativo de la mañana, una cantidad increible de coches y motos que no he visto en todos mis años de andar por la zona, y la gran zona devastada por las llamas, un paisaje desolador que te hacía desviar la mirada a esas inmensas zonas quemadas. La verdad que no quise pararme a mirar más detenidamente, ya lo hice hace un par de años en la zona de Monchique en Portugal y casi se me saltaban las lágrimas al ver tanto destruido.

Dejo unas fotillos por aquello de las redes sociales.