Este fin de semana ha quedado la moto tal que así. En la oscuridad del garaje, sin arrancar su motor ni limpiar su carenado.
Y es que hemos aprovechado para hacer tareas de mantenimiento en otro vehículo, cambio de motor del depósito del limpiaparabrisas, que es un trabajo mínimo y poco lioso, sacar un motorcillo y colocar el nuevo, pero que se complica sobremanera cuando tienes que sacar la rueda delantera, quitar los pasos de rueda, con los clips de plástico que llevan ahora todos los coches y que normalmente están en pésimas condiciones. Después de la tarea me dediqué a limpiar bien el coche por fuera y por dentro ya que al tener dos niños de 6 y 8 años, el interior puede parecer a veces un remolque de estiercol. Finalizada la tarea el fin de semana pasó con visitas varias a cicuito de motocross de Cartaya donde estuvimos un rato viendo las evoluciones de todos los que allí se congregaban, la verdad que me gusta el motocross y no sé si ya se me empieza a pasar el arroz para intentar probarlo algún día. ¿Quien sabe?
En otro orden de cosas, me encuentro otra vez en la disyuntiva de volver a cambiar de neumáticos para ir al campo, algo que ya me cansa. En mi cabeza ronda la posibilidad de montarme yo una destalonadora en casa, creo que o sería difícil comprando los hierros y soldándolos yo mismo en casa, a ver en que queda la idea.
Nos vemos en el campo.
