martes, 23 de febrero de 2021

Aire Libre II

 El pasado sábado se suspendieron las restricciones a la movilidad por la alta incidencia que estaba teniendo mi municipio.

Así que tenía claro que tenía que salir con la moto, pensaba hacer ruta de subida y bajada por Berrocal para enlazar con la Aldea del Rocío, pero después de unos cálculos mentales me dí cuenta rápidamente que no podría estar a una hora aceptable para desayunar. Así que decidí rodar por Beas, Candón, Niebla, Rociana, Almonte y finalmente El Rocío.

Me sentí muy cómodo, la moto se siente genial, redonda y bastante suave; creo que la decisión de montar las palomillas en la admisión del cuerpo de inyección, junto al filtro de serie, el reglaje de válvulas y finalmente la vuelta a los escapes de origen han obrado el milagro. (Cosa totalmente normal por otra parte)

Las aceleraciones son más progresivas, se ha vuelto menos brusca en las aceleraciones y deceleraciones. Más civilizada en definitiva, como salió de fábrica, creo que así se quedará. Para terminar de darle mi último retoque me falta ponerle un vinilo donde ponga la marca y tapar las palabras adventure del depósito y ya estaría lista. 

El desayuno y la charla me hicieron recordar muchas cosas, muchas rutas y muchas vivencias que ya casi tenía olvidadas, mi cabeza en el regreso a casa no dejaba de darle vueltas al tema de buscar neumáticos, pero realmente estoy indeciso con el tema, no sé si para el tiempo que queda de campo no será una tontería.



lunes, 8 de febrero de 2021

Aire Libre


 El sábado ya no pude más, me podía el ansia, las ganas de rodar, de quemar gasolina.

Después de desayunar con la familia me puse la equipación y a rodar. La intención era dar una vuelta por el municipio de una hora o dos como mucho, recorrer todos los caminos posibles aunque no esperaba mucho de la jornada.

En un entorno de fincas de frutales me paseaba entre un camino y otro, de aquí para allá, sin rumbo fijo y tomando la decisión en cada cruce, no llevaba gps ni falta que hacía. Finalmente en un camino de tierra entre fincas de recreo y explotaciones de frutales encontré a una pareja que andaba por el camino que me indicaron la dirección hasta Villablanca, que estaba ya muy cerca. El recorrido me había llevado hasta allí. Para no volver por carretera y jugarme una parada en algún control, decidí volver por el campo, por los caminos que tantas veces he recorrido.

Que gozada, que disfrute, gritando bajo el casco, parando en sitios que antes no les prestaba atención, mirando los caballos sueltos en las fincas, escuchando el viento soplar con fuerza y sintiendo que pronto iba a llover. No me importaba lo más mínimo, saltando entre charcos al final llegué a casa con toda la moto chorreando fango, sucia, con el vapor de agua subiendo de los escapes, cansado y feliz.

Por fin, feliz.