miércoles, 9 de noviembre de 2022

Y algo tenia que pasar

Cuando quedamos a través de mensajes Isidoro, Benji y yo, allá por octubre, habíamos decidido hacer rutas largas, más espaciadas en el tiempo, sin consumir los fines de semana que tienes libres, para la familia y eventos.

La siguiente estaba prevista para el 5 de noviembre, subir hasta la provincia vecina Badajoz, creo que el planteamiento no estuvo demasiado acertado, pero claro, la cosa va de prueba y error, para ir optimizando el tiempo.

Consumimos gran parte del día en recorrer las zonas que ya conocemos y que nos caen cerca, entramos en el campo demasiado pronto y claro, aunque las pistas son sencillas y avanzamos rápido, los imprevistos, se cargan el planteamiento que teníamos previsto.

En un contratiempo de tipo mecánico que sufrí a escasos kilómetros de Calañas, perdí un tornillo de los que sujetan la sirga del escape y este se soltó, con el peso dobló el colector y lo rajó, a punto estuve de perder uno de los escapes y caerlo al suelo.


Gracias a las herramientas y a un cercado de la finca que estabamos rodeando, pude poner un trozo generoso de alambre que se mantuvo ya para todo el día. Aunque ya fuí revisando todo el camino que el escape se mantuviese en su sitio.

Ahí perdimos una media hora de tiempo, después de Calañas y cerca ya del Cerro del Andévalo, nos encontramos una finca gigantesca donde antes solo había monte bajo, esta vez creo que era una gran finca de ciruelos o melocotoneros, de regadío, increible, en una zona donde antes todo era secano ahora se planta regadío intensivo, ya se están produciendo recortes en la disponibilidad de agua para el riego en varias zonas de Huelva, es algo de locos, un sin sentido.

Todo esto y la imposibilidad de cruzar un arroyo, nos obligó a dar un rodeo de casi una hora buscando alternativas, finalmente pudimos enlazar un trozo de carretera y volver al track después de rodear la finca. Ya no pararíamos a desayunar, menos mal que me había tomado una barrita y tenía otra en la chaqueta para evitar parar mucho, llegamos a Aroche a la una y media, nos sentamos a comer y pedimos montaditos para que no tardara mucho, pero finalmente imposible arrancar antes de las cuatro de la tarde, ya no llegaríamos a final de track.

Después en una parada en la gasolinera nos dimos cuenta que la Teneré de Benji tenía mal la cadena, muy tensa y la rueda descentrada, el que le montó los neumáticos no fue muy cuidadoso que digamos, solventamos gracias a un juego de llaves de un camionero que paró a tomar café.

Seguimos subiendo, pero ya era muy tarde y la noche nos iba a pillar de vuelta, todo el camino hacía casa lo hicimos de noche, empezó a arreciar el frio y llegué a casa con una gran sonrisa y casi 500 km en el marcador, estaba totalmente agotado.

Para otra ocasión la ida será mejor hacerla por carretera, hacer el track y regresar por campo hasta que nos cansemos y luego carretera hasta casa. Es una mejor propuesta creo yo.







martes, 1 de noviembre de 2022

Rally Andalucia 2022

 


Buscando sensaciones.











Ya hace casi tres semanas de mi última salida, fue por otro lado, una primera toma de contacto con la moto después del cambio de aceite y limpieza de la suspensión delantera, la moto mostró un cambio notable diría yo. 

Quedamos de buena mañana Isidoro y yo para hacer una pequeña ruta de unos 250 km desde Ayamonte hasta Mértola, pasando por diferentes zonas y visitando el Guadiana en uno de sus puntos que ahora no recuerdo el nombre, pero bien merece una visita y un bañito en sus aguas.

Comenzamos en Ayamonte y seguíamos una ruta que recorre algunos senderos algo más abruptos que tengo yo en mi ordenador por donde normalmente circulan ciclistas, se une la parte de Costa Esuri con San Silvestre de Guzman, y en esas estabamos por una zona algo más picante, cuando nos topamos de bruces con una alambrada que rodeaba una gigantesca finca de aguacates, increible, hectareas completas que antes eran monte bajo, ahora son plantaciones que se pierden a la vista. Después de sortear todo esto pusimos rumbo a Sanlucar de Guadiana por el Romerano, pista sencilla que nos permirtiría llegar a buena hora para desayunar. Fue curioso desayunar en un bar de pueblo donde casi los únicos que hablamos español eramos mi compañero de rutas y yo. El resto de los clientes eran extranjeros. 

Depués de una desayuno que se alargó en el tiempo charlando y poniéndonos al día de la vida, enlazamos con el Granado y recorrimos su parque eólico hasta llegar a Pomarao y desde allí pistas hasta las Minas de Sao Domingo, luego el Guadiana y finalmente Mértola, donde paramos a comer un fantástico abanico de cerdo yo y una ternera Isidoro. Las raciones en este restaurante eran bastante copiosas y me tuve que tomar una buena taza de café cortado para poder empezar a rodar ya de vuelta.

El regreso lo hicimos sin incidencias llegando a Cartaya a una buena hora de la tarde y cerramos el día con un refrigerio y llevando la moto a lavar por que por fín, las llenamos de barro, no mucho, pero algo había en algunas zonas.