lunes, 2 de noviembre de 2015

Descubriendo nuevos paisajes

El día amanecíó como todo el fin de semana frio y lluvioso, pero la previsión era que las lluvias llegarían por la tarde, así que me armé de valor y fui al garaje, antes de salir tuve que limpiar la cadena con wd-40 y retensar ya que la pobre está en sus últimos kilómetros de vida, sin rumbo fijo y sin tiempo para alejarme mucho de casa no sabía bien donde ir.

Finalmente decidí hacer una vez más la ruta hasta Sanlucar de Guadiana, pero esta vez intentar buscar nuevos caminos y rincones y así lo hice.

 Primera parada después de cruzar el Embalse de Cartaya dirección a San Silvestre, camino miles de veces rodado por mí en bici y moto, el cielo amenazaba con caer sobre mi cabeza, pero me perdonaba todavía, parada para hacer un par de fotos y a seguir rápido.


Hasta aquí pude comprobar como el suelo estaba bastante mojado, todavía corría el agua en algunas partes de la carretera y tenía que andar con ojo en las zonas de barro, un par de charcos que me empaparon mis posaderas y me hicieron tomarme con calma esto de los pequeños vadeos.

De San Silvestre hasta Sanlucar de Guadiana aproveché los miles de senderos que abundan en la zona y empecé a dar vueltas intentando enlazar las dos localidades, pero te encuentras multitud de cercas cerradas de cotos privados, así que finalmente tuve que desistir de perder mucho más el tiempo, me dirijí a la orilla del río Guadiana.


En esta zona existen diversas construcciones dentro de un entorno privilegiado, a orillas del Guadiana en la vertiente española y portuguesa encuentras casas y fincas de veraneo que están ocupadas en los meses de buen tiempo casi en su totalidad por extranjeros que vienen a disfrutar de estos entornos que nosotros tenemos poco valorados, me encantan estas vistas y la tranquilidad que transmiten, muchas veces suelo apagar el motor de la moto solo por escuchar el más absoluto silencio.


Finalmente llegué a Sanlucar de Guadiana donde desayuné con vistas a su puerto fluvial y empecé a vislumbrar como el cielo se iba cerrando de nuevo, ahora si que tenía claro que me iba a mojar, pero entonces viendo la hora decidí dar un rodeo a ver si conseguía librarme de la lluvia, en vez de volver dirección a Lepe, decidí subir más hasta el Granado, de allí enlace por carretera hasta Villanueva de Castillejos y por su pista forestal regresar hasta los pinares de Cartaya, todo un acierto ya que pude evitar la lluvia que apareció justo después de terminar de lavar la moto en la gasolinera.

Un día estupendo, con unos caminos muy mojados y resbaladizos, aunque he dusfrutado mucho conduciendo en esas condiciones.


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