Pues hace ya más de dos semanas de mi última salida en solitario, salí a rodar un rato por carretera, dirección hacia la Sierra de Huelva, donde antes subía todos los sábados, buscando volver a hacer kilómetros y reencontrarme con mi moto.
Este año ha sido un poco especial en cuanto a salidas se refieren, han sido muy pocas, quizás ha sido la crónica de una muerte anunciada ya que allá por el mes de septiembre del año pasado pensaba mantener las ruedas de carretera todo el año pensando que las salidas serían pocas por campo, pero como siempre me caliento y comencé al año realizando varias seguidas, pero después, lo que tenía que pasar pasó.
Incluso a mitad de temporada volví a montar las metzeler buscando de nuevo las sensaciones, pero después de varias salidas frustradas, en solitario y en definitiva aburridas, decidí dejar la moto con los tacos y ver si la cosa mejoraba. Una salida más con el Comando con dolores de espalda por el mes de febrero y la última con caida incluida hace ya más de un mes han sido todo el bagaje motero de esta temporada.
Ya ni me emociona sacar la moto ni buscar paisajes nuevos, todo me resulta cansino y estresante, ya que no es solo salir en moto, es preparar la salida, sacar tiempo para salir, limpiar la moto después, atender los compromisos, etc, etc.
Por lo menos me suelo entretener con cosas así:
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