Pues la semana pasada tenía ruta por las Arenas de Huelva, ruta espectacular que disfruté como un enano los dos años que la hice, pero este año, por fin, la hacía con la GS, todo preparado y gran cagada final.
A los cinco kilómetros de salir de casa, con un frio intenso, que daban ganas de volverse a casa, después de madrugar, vestirme, sacar la moto del garaje, etc, etc, los rodamientos dijeron basta.
Fallo imperdonable por mi parte, ya que en la revisión que le había hecho detecté algo de oxido exterior en uno de los rodamientos de la rueda trasera que no me gustó mucho y que era un claro sintoma de lo que se avecinaba, lección aprendida y es que no se puede andar con tonterías a la hora del mantenimiento de una moto que hace off-road, está claro que las piezas están sometidas a un desgaste y esfuerzos mayores en estas motos y debo ser más concienzudo y pensar que si algo puede fallar, fallará.
Lección aprendida, me he marcado una libreta de mantenimientos periódicos que voy a seguir a partir de hoy.
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