jueves, 21 de enero de 2016

Los detalles marcan la diferencia

Ayer miercoles como cada mañana sonó el despertador, me fuí raudo al baño, me aseé y me vestí como siempre hago antes de que se despierten los enanos para sacar a pasear a Lina, desayuno, mochilas y a dejar al niño en casa de mi madre que se encarga de llevarle al colegio, todo normal hasta que llegó el fatídico momento de montarme en el coche y darle a la llave para que arrancara, nones, que aquello no funcionaba, llevo varios días sufriendo fallos en el arranque y creo que con la humedad de estos días, la cosa a ido a peor, nada, lo dejo aparcado, me cruzo el pueblo a pie hasta el garaje y monto en la moto para ir a trabajar.
Casco, guantes, chaqueta, arranco y brummmm, me encanta el sonido de mi moto, llego a trabajar tarde por supuesto, pero con una sonrisa de oreja a oreja, el día se me hace menos largo y vuelvo al garaje después de la jornada y aparco la moto pensando en que mañana también iré a trabajar en ella, al menos que el día de trabajo empiece con algo bueno cada mañana.

Para darle algo de color a esta entrada tan sosa os dejo foto de la miniatura de mi moto que me regalaron SS. MM. los Reyes Magos.


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