viernes, 23 de noviembre de 2018

Poco, casi nada.


La semana pasada pude montar por fin los tacos en la moto, como cada año, pensaba que no los montaría, pero claro, la cabra tira al monte y haciendo un par de incursiones breves con las Continental que tenía montadas, no estaba la cosa para muchas alegrías y me veía con ganas de más campo cada vez. Después de montadas aproveché la mañana libre del sábado que no había previsión de lluvias y volví a rodar por campo, zonas conocidas, tomando contacto de nuevo y buscando sensaciones que había casi olvidado con botas más gruesas y falta de agarre en las curvas. De nuevo la horquilla delantera volvió a perdes después de la limpieza que le hice hace unos meses y es que el esfuerzo al que se somete la suspensión en el campo, por sencillo que sea el camino no se parece en nada al uso en carretera, así que tocará de una vez por todas solucionar el problema.

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