Llegó un fin de semana que se esperaba muy lluvioso, pero finalmente se abrió una ventana de buen tiempo entre el sábado y el domingo, la mañana del sábado era imposible para mí intentar aprovecharla para salir en moto, estuve tentado, pero desistí ya que tenía un montón de cosas que hacer para esa mañana y no quería atrasarlo más.
Finalmente pude salir el domingo, aunque algo más tarde de lo que tenía pensado ya que la mañana amaneció cerrada en agua y hasta las 10 no dió un descanso que aproveché lo mejor posible.
Pistas de tercera, unidos a tramos revirados y finalmente algunas pistas de tierra conocidas fue el colofón a una semana llena de trabajo y cosas que hacer.
Parece mentira como cambia el campo con unos simples días de lluvia, el agua es vida, está claro, algunas imágenes que atestiguan mis palabras.
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