Ayer domingo se levantó un día desapacible por el viento y el frío, decidí creo que con buen criterio atrasar la salida al campo ya que las nubes ocultaban el sol y aun se resentía mucho más el termómetro.
Arranco la moto y voy a repostar con unas rachas de viento bastante considerables, que incluso me movían la moto en el momento de repostar, quizás me tendría que haber vuelto al garaje, pero las ganas me podían, tenía cargado en el Garmin un track que hacía años que no rodaba, una zona dentro de un coto entre las localidades de San Silvestre y Villablanca.
Es una zona que me gusta mucho ya que se respira una atmósfera diferente al adentrarse dentro de un barranco, rodeado de vegetación, con un arroyo que viene a desembocar en el Guadiana y que tiene un poco de picante en la subida. No había prisas, a mi ritmo, parando en un par de sitios que me resultaron curiosos, parando el motor de la moto en el centro de las Madamas para no oir nada, solo el ruido del aire entre los pinos y los pájaros. La mala suerte me dió un revés en forma de candado que me evitaba poder entrar en la zona y aunque busqué alternativa, han movido algunas tierras en la zona y han alambrado varios caminos, por lo que tendré que buscar la próxima vez un rodeo por la parte sur del coto.
Me encontré el campo en su punto, seco, pero sin polvo, casi no tuve que lavar la moto en el regreso, poco a poco fuí calentando y me ví rodando por algunas pistas más rápido de lo que debía, pero claro, con esta moto no resulta difícil ir rápido. Lo que tengo ya encima es el reglaje de válvulas y cambio de bujías, la llevaré al taller, ya que de tiempo ando fatal y no puedo alargar más el kilometraje del aceite.
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